Formula Student VitoriaOtras colaboraciones
Bizkor 01’, nombre con el que han bautizado el monoplaza, nace del sueño de un grupo de alumnos de diversos centros del Campus de Álava de la UPV-EHU con una pasión común: la automoción. La experiencia de cuatro de ellos en el sector les animó a diseñar y construir este vehículo con la meta de participar en Formula Student y, más allá, acercar el vehículo eléctrico a la vida real, creando para ello una red de colaboración local con empresas, instituciones, centros de formación profesional y colegios, entre ellos, Fundación Vital Fundazioa que apuesta por el emprendimiento juvenil y la innovación.
En Formula Student, con sedes repartidas por todo el globo, los equipos no solo se preparan para una carrera, sino que son evaluados por altos cargos de empresas del sector de la competición automovilística en aspectos como el modelo de negocio, el análisis de costes y los cálculos de ingeniería. Las pruebas dinámicas del vehículo reparten puntuación entre: aceleración, vuelta rápida, resistencia y eficiencia.
Información
El proyecto es liderado por Luis Barreiro junto con otros tres compañeros que decidieron en 2018 fundar un equipo de competición en la Escuela de Ingeniería de Vitoria-Gasteiz. Tras definir las bases del equipo y los departamentos requeridos para el diseño de un monoplaza, sacaron adelante un grupo de 19 estudiantes de diferentes grados de la UPV/EHU a través de un proceso de entrevistas y establecieron los primeros pasos hacia un objetivo principal: competir por primera vez en la sede de Montmeló en el año 2021. Han llegado a tiempo. La semana del 3 de agosto estarán en la localidad catalana con ‘Bizkor 01’.
A diferencia de otros equipos, que se decantaron por realizar un primer vehículo de prestaciones simples (motor de combustión y chasis tubular de acero), FSVitoria se decidió a hacer historia en la competición incorporando en su primer monoplaza eléctrico un monocasco en fibra de carbono y tracción a las cuatro ruedas. Para cumplir con dicho grado de innovación, el equipo afrontó retos como la elaboración de un sistema de gestión de baterías propio, la puesta en marcha de un laboratorio de ensayos de material compuesto o incluso la programación y control de fresadoras CNC para la fabricación de elementos mecánicos. Todo, en un aula de la Escuela de Ingeniería de Vitoria-Gasteiz de, ‘layout’ dinámico, que se adaptará a las etapas del proyecto según las necesidades de cada momento.
Han sido dos años de trabajo para sorprender a una comunidad entera y hacer lo imposible para satisfacer el nivel de innovación establecido en el 2018. Para lograrlo, todos y cada uno de los departamentos que conforman el equipo han trabajado de la mano de más de 60 empresas estatales e internacionales y han contado con el apoyo financiero de las entidades locales. Todos comprendieron desde el primer momento que FSVitoria iba más allá de las paredes de un taller y que valores como el emprendimiento juvenil, la innovación y el contacto empresa-universidad merecían una apuesta firme.
